lunes, 5 de abril de 2010

Hace una semana Guadalupe Nettel estuvo en la facultad. Dos mujeres, una vieja y otra joven, hablaban sobre ella sin saber que, solitaria, las escuchaba desde las butacas. Ni antes ni después la salude, apenas e hice un comentario, ridículo, por cierto, como todos los comentarios que se hacen en la conferencias.